Carmen Martínez Gómez, de 83 años, homenajeada por la concejalía de Igualdad y las mujeres del municipio

Carmen Martínez Gómez, de 83 años de edad, recibió ayer la mención especial del Día 8 de Marzo que otorga la concejalía de Igualdad, y el cariño de las mujeres del municipio, durante la comida de conmemorativa del Día de la Mujer que se celebró en el centro cívico Parque Almansa, con la asistencia de más de 200 mujeres.

A propuesta de la comisión de Mujer y Media Rural del Consejo de Igualdad de San Javier,  la concejalía distinguió este año a Carmen Martínez como ejemplo de una mujer trabajadora y luchadora tal y como señaló la edil de Igualdad, Celia Martínez.

Carmen Martínez Gómez , conocida como “Carmen la Biscochera” tiene sus raíces locales en La Grajuela  donde heredó el apodo de su abuelo. La tradición  repostera familiar, el campo, la costura, la entrega a la familia, y sobre todo su labor sanitaria han ocupado la larga vida profesional de esta mujer que ahora disfruta de sus 3 nietas, tras sufrir la muerte de su esposo, y de su hijo, que durante 25 años sirvió en la policía local de San Pedro del Pinatar.

Siendo niña, la entrada de su madre en la enfermería de la AGA  le despertó una temprana vocación que se convirtió en una ocupación para la que estaba especialmente dotada tal y como reconocieron los médicos del momento que conocedores de su pericia, le mostraron como suministrar la penicilina cuando comenzó a distribuirse en la zona. Carmen Martínez acudía  a los múltiples reclamos de vecinos, de noche y  de día para poner inyecciones, y curar heridas, haciendo muchas veces los servicios rurales  del  practicante de San Javier,  apodado “El Chiquirrín”, o el de San Pedro del Pinatar.

Carmen se casó con Antonio Saura con que se fue a vivir a la Finca Lo Romero, en el municipio de San Pedro del Pinatar. Posteriormente abrieron una confitería en el centro urbano. Ya con su hijo, Antonio Saura, volvieron a La Grajuela, donde su afán por hacer cosas, la llevó a ocuparse del campo, aventurarse en el cultivo del invernadero y aprender corte y confección, siendo, incluso, una modista reconocida en la zona. Todo ello compaginado con sus servicios sanitarios a domicilio para lo que se trasladaba en un mobilette Peugeot que compró para ese cometido.